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Se reconoce por:
Su fragilidad y debilidad, que lo hacen propenso a romperse fácilmente. Además, puede experimentar una pérdida excesiva de cabello, lo que puede llevar a una reducción en su volumen y densidad.
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Las causas:
Este tipo de cabello tiende a ser vulnerable a múltiples factores, que incluyen el estrés, una alimentación deficiente, el uso excesivo de herramientas de calor, productos químicos agresivos y daños causados por factores ambientales.
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Consejos de profesionales:
Para mantener tu cabello en óptimas condiciones, te recomendamos utilizar productos capilares suaves y nutritivos que cuenten con protección. Evita en la medida de lo posible el uso excesivo de calor y productos químicos agresivos. Asegúrate también de mantener una dieta equilibrada, rica en proteínas, vitaminas y minerales que beneficien la salud de tu cabello.
Al peinarte, opta por peines de dientes suaves y anchos para evitar dañar tu cabello. Además, evita peinados demasiado tirantes que puedan poner estrés en tus hebras. Por último, pero no menos importante, procura reducir el estrés en tu vida mediante el ejercicio, la meditación y momentos de relajación. El estrés puede contribuir a la pérdida de cabello, así que cuidar tu bienestar emocional también es clave para mantener una melena saludable