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Nuestra historia, nuestra raíz...
Nuestra historia, nuestra raíz...
El poder curativo de la raíz, de aroma cálido, con sus notas frescas de madera y su característico sabor picante, le dio vida a nuestra fórmula, tan terapéutica y beneficiosa para la salud como para la belleza.
Cálido, incisivo y exótico, el jengibre es un rizoma grueso, carnoso, nudoso que crece bajo la tierra. La planta, con sus tallos simples, hojas lanceoladas, dispuestas a lo largo del tallo en dos líneas paralelas, puede medir hasta un metro de altura y lucir vistosas flores durante todo el año.
Creemos que las pequeñas cosas cuentan y que el cuidado es la base del amor y el bienestar.
Yrenes es una apasionada dominicana que ama lo que hace y sobretodo su tierra. Desde pequeña cultivó un interés particular por la belleza y el conocimiento, siempre con visión de crear un negocio rentable y productivo en su país.
Inspirada por su guerrera madre y fiel a sus genes, se entregó a estudiar y trabajar incansablemente sin ponerle límite a su sed de crecimiento. Hasta que su cuerpo y mente dijeron ¡basta!. El peso de un posgrado, un negocio propio y un trabajo de horario completo detonaron en ella una fuerte crisis emocional. Era hora de hacer una pausa y tomarse un tiempo.
Como consecuencia de ese impasse su cabello empezó a caer copiosamente. Así debió enfrentarse a una nueva necesidad: cambiar hábitos y estilo de vida. Pero este fue un nuevo reto que la impulsó a darle la vuelta a la situación. Desde la cocina de su casa, entre ollas y cucharas de madera, mezclando las maravillosas propiedades del jengibre con la sabiduría de las abuelas, creó su primera fórmula.
Yrenes la probó en su propio cabello y, feliz de ver cómo día a día hacía efecto, se atrevió a compartirla. Su mágica fórmula empezó a curar cabelleras y a medida que se fue corriendo la voz, se hizo cada vez más solicitada. Su vena emprendedora vio la oportunidad de resignificar los rituales de belleza que tanto le fascinaban, reconociendo el potencial de generar bienestar que había más allá de su círculo inmediato. Así buscó a un ingeniero químico que la ayudará a convertir su experimento en una receta profesional.
En 2017 nace Ginger Milk, un laboratorio artesanal que día a día crece y trabaja para desarrollar productos inteligentes, conscientes y seguros.
Junto a su familia y la gente de su región, Yrenes tiene como propósito seguir cultivando sus raíces y generando abundancia, no sólo del cabello, también la de su amado Santo Domingo.